Yemaya..

A LA REINA DEL MAR

Virgen de Regla
Te llamo en mi canto
Virgen de Regla De mi devoción.
Madrecita santa

Que estás en el cielo
Cuídanos mi Virgen Con tu protección.
Virgencita negra
Que estás en el agua
Que estás en la tierra
Y en mi corazón.
Virgen de Regla...
Madrecita santa...
Virgencita negra...
Oh mi Yemayá quítame lo malo
Quítame lo malo y échalo en el mar

Yo te ruego, yo te pido Salud
Cuídalos mi virgencita
Cuídalos mi Yemayá.
Oh mi Yemayá
quítame lo malo...
Oh mi Yemayá
Aché to lo dia', mamá le ti su omo
Olokum Asesú Ago, agó mamá.
Oh mi Yemayá
quítame lo malo...

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jueves, 15 de mayo de 2014

La Diosa mas bella entre las bellas

La Diosa mas bella entre las bellas
sus ojos es la  transparencia
de la luz del océano 

Omí O Yemayá

Omí O Yemayá 

 Yemaya Orisha Obunrin dudú,kuelú re meye abayá ni re oyú, ayaba awó gba okí mi, Iyá ogá ni gbogbo okuo, Yeye Omó eyá,lojunoyina ni re ta gbogbo akun nini iwo ni re olowo, nitosi re Omó terriba, adupue Iyá Mi

miércoles, 14 de mayo de 2014

Yemaya

  • Nombres: Yemanjá, Yemaja, Yemaya Olokún
  • Saludo: ¡Omío Yemaya Omoloddé! ¡Yemaya Ataramawa!
  • Número: 7 y sus múltiplos
  • Fecha: 7 septiembre
  • Colores: Azul
  • Día de la semana: sábado 
  • Sincretismo:Virgen deRegla

sábado, 19 de abril de 2014

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Siete príncipes negros para Yemayá


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lunes, 10 de febrero de 2014

Yemaya

YEMAYA LLÉVATE TODO LO MALO AL FONDO DEL   MAR

LA MADRE DE AGUA

LA MADRE DE AGUA

Es como una ninfa de las aguas, con aspecto de niña o de jovencita bellísima, de ojos azules pero hipnotizadores y una larga cabellera rubia. La característica más notoria es la de llevar los piezecitos volteados hacia atrás, es decir, al contrario de cómo los tenemos los humanos, por eso, quién encuentra sus rastros, cree seguir sus huellas, pero se desorienta porque ella va en sentido contrario.


Cuentan los ribereños, los pescadores, los bogas y vecinos de los grandes ríos, quebradas y lagunas, que los niños predispuestos al embrujo de la madre de agua, siempre sueñan o deliran con una niña bella y rubia que los llama y los invita a una paraje tapizado de flores y un palacio con muchas escalinatas, adornado con oro y piedras preciosas.



En la época de la Conquista, en que la ambición de los colonizadores no solo consistía en fundar poblaciones sino en descubrir y someter tribus indígenas para apoderarse de sus riquezas, salió de Santa Fe una expedición rumbo al río Magdalena. Los indios guías descubrieron un poblado, cuyo cacique era una joven fornido, hermoso, arrogante y valiente, a quien los soldados capturaron con malos tratos y luego fue conducido ante el conquistador. Este lo abrumó a preguntas que el indio se negó a contestar, no sólo por no entender español, sino por la ira que lo devoraba.



El capitán en actitud altiva y soberbia, para castigar el comportamiento del nativo ordenó amarrarlo y azotarlo hasta que confesara dónde guardaba las riquezas de su tribu, mientras tanto iría a preparar una correría por los alrededores del sector. La hija del avaro castellano estaba observando desde las ventanas de sus habitaciones con ojos de admiración y amor contemplando a aquel coloso, prototipo de una raza fuerte, valerosa y noble.



Tan pronto salió su padre, fue a rogar enternecida al verdugo para que cesara el cruel tormento y lo pusieran en libertad. Esa súplica, que no era una orden, no podía aceptarla el vil soldado porque conocía perfectamente el carácter enérgico, intransigente e irascible de su superior, más sin embargo no pudo negarse al ruego dulce y lastimero de esa niña encantadora.



La joven española de unos quince años, de ojos azules, ostentaba una larga cabellera dorada, que más parecía una capa de artiseda amarilla por la finura de su pelo. La bella dama miraba ansiosamente al joven cacique, fascinada por la estructura hercúlea de aquel ejemplar semisalvaje.



Cuando quedó libre, ella se acercó. Con dulzura de mujer enamorada lo atrajo y se fue a acompañarlo por el sendero, internándose entre la espesura del bosque. El aturdido indio no entendía aquel trato, al verla tan cerca, él se miro en sus ojos, azules como el cielo que los cobijaba, tranquilos como el agua de sus pocetas, puros como la florecillas de su huerta.



Ya lejos de las miradas de su padre lo detuvo y allí lo besó apasionadamente. Conmovida y animosa le manifestó su afecto diciéndole: !Huyamos!, llévame contigo, quiero ser tuya.



El lastimado mancebo atraído por la belleza angelical, rara entre su raza, accedió, la alzó intrépido, corrió, cruzo el río con su amorosa carga y se refugió en el bohío de otro indio amigo suyo, quien la acogió fraternalmente, le suministro materiales para la construcción de su choza y les proporcionó alimentos. Allí vivieron felices y tranquilos. La llegada del primogénito les ocasionó más alegría.



Una india vecina, conocedora del secreto de la joven pareja y sintiéndose desdeñada por el indio, optó por vengarse: escapó a la fortaleza a informar al conquistador el paradero de su hija. Excitado y violento el capitán, corrió al sitio indicado por la envidiosa mujer a desfogar su ira como veneno mortal. Ordenó a los soldados amarrarlos al tronco de un caracolí de la orilla del río. Entretanto, el niño le era arrebatado brutalmente de los brazos de su tierna madre.



El abuelo le decía al pequeñín: "morirás indio inmundo, no quiero descendientes que manchen mi nobleza, tu no eres de mi estirpe, furioso se lo entregó a un soldado para que lo arrojase a la corriente, ante las miradas desorbitadas de sus martirizados padres, quienes hacían esfuerzos sobrehumanos de soltarse y lanzarse al caudal inmenso a rescatar a su hijo, pero todo fue inútil.



Vino luego el martirio del conquistador para atormentar a su hija, humillarla y llevarla sumisa a la fortaleza. El indio fue decapitado ante su joven consorte quien gritaba lastimeramente. Por último la dejaron libre a ella, pero, enloquecida y desesperada por la pérdida de sus dos amores, llamando a su hijo, se lanzo a la corriente y se ahogó.



La leyenda cuenta que en las noches tranquilas y estrelladas se oye una canción de arrullo tierna y delicada, tal parece que surgiera de las aguas, o se deslizara el aura cantarina sobre las espumas del cristal.



La linda rubia que sigue buscando a su querido hijo por los siglos de los siglos, es la MADRE DEL AGUA. La diosa o divinidad de las aguas; o el alma atormentada de aquella madre que no ha logrado encontrar el fruto de su amor.



Por eso, cuando la desesperación llega hasta el extremo, la iracunda diosa sube hasta la fuente de su poderío, hace temblar las montañas, se enlodan las corrientes tornándolas putrefactas y ocasionando pústulas a quienes se bañen en aquellas aguas envenenadas.

Naná Burukum

en la orilla de la playa
 dentro del agua
Naná Burukum es un orixá que no pertenece al grupo de las Iemanjá

jueves, 19 de diciembre de 2013

Mamá Francisca

 






















Siento una voz que me llama
de lo profundo del mar,
es la voz de una africana
que nos llama a laborar.
Siento una voz que me llama
de lo profundo del mar,
es la voz de una africana
que nos llama a laborar.
Ay, yo llamo a Mama y no viene,
llamo a Papá y tampoco
y yo ando buscando a un ser
que venga poquito a poco
Siento una voz que me llama
de lo profundo del mar,
es la voz de una africana
que nos llama a laborar.
Mama Francisca, te estoy llamando, ay Dios
Mama Francisca no me responde
Reina africana te estoy llamando, ay Dios
te estoy llamando yo a laborar
Mama Francisca, te estoy llamando,
Mama Francisca no me responde
Mama Francisca, te estoy llamando,
te estoy llamando a laborar.
Ay, corre el agua, corre el agua, corre el agua Yemayá.
corre el agua, corre el agua, ay con corriente espiritual.
Corre el agua, corre el agua, corre el agua Yemayá.
corre el agua, corre el agua, con corriente espiritual.
Es que corre el agua, ay corre el agua, ay corre el agua Yemayá.
corre el agua, corre el agua, con tu corriente espiritual. Mi Dios.
Corre el agua, corre el agua, corre el agua Yemayá.
corre el agua, corre el agua, con corriente espiritual.
Que corre el agua, ay corre el agua, ay yomi yomi mi Yemayá.
corre el agua, corre el agua, con tu corriente espiritual. Mi Dios.
Corre el agua, corre el agua, corre el agua Yemayá.
corre el agua, corre el agua, ay con corriente espiritual.
A remar, a remar, a remar. A remar.
A remar, a remar, a remar. A remar.
A remar, a remar, todo el mundo a remar
que la virgen nos va a acompañar.
A remar, a remar, a remar. A remar.
A remar, a remar, todo el mundo a remar
que la virgen nos va a acompañar
A remar, a remar, a remar. A remar.
A remar, a remar, todo el mundo a remar
que la virgen nos va a acompañar.
Rema mi Yemayá.



Dedicado para todo, todo aquel que tiene fe

Dedicado para todo, todo aquel que tiene fe
conmigo ha soñado
Que este año lograré lo que tanto he anhelado
Solo tengo que buscar tener siete caracoles 





















Con una * de flor y llevársela al mar

Me miró y me dijo que tuviera fe
Y que todos mis problemas se los dejara a Elegguá
y a Oggún Arere
Y además que confiara en su Yemayá
Es la dueña del mundo y con su agua
Mi camino va a limpiar

Yemayá, Omio Yemayá
Límpiame el camino y bendíceme
Agua pa’ ti Agua pa’llá
Señores. le estoy cantando a la señora Yemayá
Agua pa’ ti Agua pa’llá
Pa’ que limpie con su agua toda la humanidad
Agua pa’ ti Agua pa’llá
Agua es lo que mi Cuba necesita
Agua pa’ ti Agua pa’llá
Pa’ que cuide, cuide, cuide mucho a mi bebita

A moyubar Elito Revé
Bueno, manos arriba todo el mundo pidiendo salud y mucho aché
Por eso Omi tuto, ana tuto, ile tuto, tuto Laroye, tuto ***
Aché babá, Aché yeyé, Aché ** Ifá, Aché bogbo Eggún

Agua pa’ Mayeya, Agua
Olokun
Agua pa’ Mayeya, Agua

Agua
Yemayá te estoy cantando
Agua
Con sentimiento y corazón
Agua
Bendice a mi Charangón
Agua
Para seguir changüiseando
Agua
Lametá me esta llamando
Agua
Con los tambores batá
Agua
Yemaya mayo
Agua
Omio Yemayá

Agua
Alaroye
Agua
Alaroye
Agua
Pregúntale a Tamara
Agua
Yemayá Okute
Agua

Pregunto qué es lo que tú necesitas
Agua fresquita
Repito qué es lo que tú necesitas
Agua fresquita
Para la señora y la señorita
Agua fresquita
Para la flaquita y para la gordita
Agua fresquita
Pregunto qué necesitas
Agua fresquita
Repito pregunto qué necesitas
Agua fresquita
Con las manos arriba La Habana completa, vamos
Agua fresquita
Sí, sí
Agua fresquita

A remar, a remar, a remar, a remar
Agua fresquita
La virgen de Regla nos va a acompañar
Agua fresquita

Pregunto que necesitas
Agua fresquita

Con las manos arriba y cantando ese coro Cuba
Agua fresquita
La gente de Italia, Francia, México
Agua fresquita
Alaroye, Alaroye
Agua fresquita
Pregúntaselo a Elito
Agua fresquita
Oggún dere Arere O
Agua fresquita
Armandito Cabañas
Agua fresquita Enriquita Hernández
Agua fresquita

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